SANTO DE AMOR Y CARIDAD
Faltan alrededor de 14 horas para que se realice en Roma la Canonización de nuestro tan querido Padre Hurtado.
Me alegra saber que este hombre fue Chileno; que salió de nuestras calles para iniciar un camino de sacrificio, de amor y de Fe; que no importaba donde estuviera, siempre preocupado de sus patroncitos.
Me alegra saber que este hombre es capaz de unir en la Fe a personas de la Religión Católica, Evangélica, Ortodoxa, Anglicana, etc. Y que todas estas religiones vean en este hombre una fuente de amor, vean en él la presencia de Dios, y lo pongan como un ejemplo de lo que significa ser solidario.
Dentro de 14 horas, el Santo Padre dirá que este chileno es un siervo de Dios, que se encuentra en presencia del Señor, y que intercede ante Él por nosotros. En otras palabras, dirá que es Santo.
Santo no es como cualquier título noble, no es ser Lord, Sir, Conde, o alguna de esas cosas; ser Santo significa que vives de acuerdo a la enseñanza de Cristo, significa que amas a los demás igual como te amas a ti mismo, significa que no vives en función de ti, sino que vives en función de tus hermanos. Y esto es lo que Alberto Hurtado mejor hacía “Vivir en función de los demás”. El no se preocupaba de donde dormiría cada noche, el se preocupaba de donde dormirían sus patroncitos cada noche; no se preocupaba de que comería al día siguiente, se preocupaba de que comerían sus patroncitos el día siguiente.
Y esa preocupación trataba de transmitirla al resto de la sociedad de esa época (y de nuestra época también), logrando en mayor o menor grado que sus semejantes comprendieran el mensaje.
En esta época, espero que la canonización de nuestro Padre Hurtado sea una nueva propagación de su mensaje de amor; que mañana cuando salgamos a la calle, a nuestros trabajos, a nuestras escuelas, a nuestras familias; pensemos que podemos hacer ese día por ayudar o entregar Fe a cualquiera de las personas que se crucen en nuestro camino.
Aunque sea algo minúsculo, por insignificante que parezca, si hacemos algo por alguien, no por deber sino por amor a esta persona, Alberto celebrará en el Cielo que su vida, entrega, amor, no son en vano, sino que son la semilla del amor que germina en nuestras almas.
Me alegra saber que este hombre no es sólo un hombre, sino que es Santo, y que ahora junto a Santa Teresa de los Andes, nos cuida desde lo alto.
Gracias San Alberto Hurtado, ruega por nosotros.